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CD Tenerife CD Lugo crónica Diario de Avisos

¿A quién culpamos ahora?

Encuentro de la trigésimo cuarta jornada del Grupo I de la Segunda B
CD Tenerife: Sergio Aragoneses; Cristóbal, Pablo Sicilia, Tarantino, Raúl Llorente; Marcos Rodríguez, Kike López, Ferrán Tacón (Sandro, min. 58), Víctor Bravo (Aridane, min. 80); Luismi Loro (Zazo, min. 72) y Perona.
CD Lugo: Diego Rivas; Aitor, Belfortti, Garrido, Manu; Quero (Iago, min. 66), Javi Rey (Berodia, min. 74), Pita, Luismi; Monti (García, min. 88); y Belencoso.
Gol: 1-0, min. 59: Belfortti, en propia puerta. 2-0, min. 80: Pita en boca de gol, ante la pasividad de la defensa del equipo local.
Árbitro: Víctor Manuel Gómez Ríos, del comité cántabro. Amonestó a Tarantino, Kike López y Monti.

Incidencias: Heliodoro Rodríguez López. Mañana agradable y terreno de juego en buenas condiciones. 8.627 espectadores en las gradas. Vitolo, exjugador blanquiazul y ahora en el Panathinaikos griego, presenció el encuentro desde el palco del Cabildo insular.

JOSÉ ANTONIO FELIPE | Santa Cruz de Tenerife

Nada de nada. Eso fue lo que ofreció ayer el CD Tenerife en el encuentro que le medía con el CD Lugo. Ni la salida de Tébar, ni la llegada de Quique, al que aún no le ha dado tiempo de hacer prácticamente nada, ni el discurso de la plantilla en los días previos en los que pedían paciencia y confianza. Nada parece haber cambiado. El Tenerife de ayer, pitado por su incansable afición antes, durante y después del choque, no difiere demasiado del que pudimos ver cuando Calderón o el propio Tébar eran los entrenadores del equipo. El problema, más allá de la actitud, es de fútbol. Si careces de él, empatas a uno con el Lugo y gracias a que los gallegos se metieron el gol ellos mismos. Lo mejor, el debut del canterano Sandro. Medina parece apostar por gente de la casa y, habiendo dado tantas oportunidades a alguno de la primera plantilla, justo y necesario es que se pueda hacer con los de la casa.

El CD Lugo es un buen espejo en el que mirarse. Juega igual en su feudo que en feudo visitante y su idea pasa simple y llanamente por tener la posesión de balón. Al primer minuto de juego Luismi ya había avisado a Aragoneses y tuvieron que pasar 22 minutos para permitir que los locales dieran muestras de peligro. Ferrán Tacón se plantó solo ante Diego Rivas; pero el catalán, muy desafortunado, estrelló el balón en el cuerpo del portero a pesar de tener todo el tiempo del mundo para pensar. En medio habían transcurrido 20 minutos tediosos, espesos, aburridos y faltos de emoción. A los visitantes les valía con dar la sensación de tener el partido controlado en todo momento. Solo dos lanzamientos de Marcos y Kike López, ambos sin peligro, pudieron incomodar algo a los rojiblancos.

Goles, pero no juego

Tras el descanso, al que se llegó tras otra sonora pitada de los aficionados hacia su equipo, llegaron los tantos, pero el poco juego que se pudo apreciar volvió a ser gallego.

Tras una advertencia de Kike López, Luismi volvió a poner a prueba a un Sergio Aragoneses que se volvió a mostrar muy seguro. Luego llegaría el debut de Sandro con la camiseta del primer equipo blanquiazul. Sustituyó a Tacón, pero la jugada del gol que estaba a punto de llegar nacería desde el lado contrario.

Kike López centró desde la derecha y Belfortti, en su afán por despejar el balón, introducía el mismo en su propia meta. Corría el minuto 59 y aquello tenía un punto de surrealismo considerable: el Club Deportivo Tenerife se acercaba al segundo puesto de la tabla clasificatoria gracias a un tanto en propia meta sin prácticamente no haber demostrado nada.

Lo cierto es que el Lugo no varió demasiado su filosofía aunque sí metió una marcha más al partido. Habían llegado a la Isla considerando que el empate era bueno porque salvaguardaba la distancia entre ambos conjuntos, aunque por momentos pudiera resultar algo rácano.

Tras varios acercamientos, otro remate a bocajarro de Belfortti, esta vez en la meta rival, fue rechazado de manera espectacular por Sergio Aragoneses. Mientras el gallego se estiraba sus defensas miraban como Pita se aproximaba al esférico para anotar el gol del empate. Quedaban diez minutos para el final. Era el justo castigo para un equipo que tenía que dar un paso adelante y se volvió a mostrar incapaz. Lo del partido del Castilla fue un espejismo, está claro.

Los de Quique Medina, noqueados y perdidos, estaban a merced de su rival. Quedaban diez minutos y la sombra de la derrota empezaba a planear sobre el verde del Rodríguez López. Los visitantes volverían a tener la posibilidad de llevarse en partido, pero otra vez Sergio Aragoneses acabó con las mismas tras otra sensacional parada frente a Berodia. Ayer, a pesar de ser silbado como el resto de sus compañeros, Sergio Aragoneses volvió a salvar, una vez más, a su equipo de una derrota más dentro de su propio estadio.

Más pitos en las gradas del Heliodoro, más aficionados desencantados con su equipo y la cruda realidad: cuatro jornadas por disputarse, cuatro puntos de ventaja sobre el quinto clasificado, el Real Oviedo, gracias a que los carbayones siguen fallando en el tramo más delicado de la competición. Pobre consuelo para un equipo llamado a luchar por el ascenso a Segunda División. Aunque eso, a día de hoy, parece una auténtica quimera.

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